Entre las diversas misas que se celebran durante la gran fiesta de la Navidad, la misa de medianoche del 24 de diciembre es, sin duda alguna , la más popular. De hecho, la tradición de la misa de Nochebuena se remonta a la Edad Media y se ha mantenido vigente con el paso de los años.
Antiguamente, la Misa de medianoche se conocía como la "Misa de Gallo", y esta celebración tiene un fuerte significado simbólico al recordar que con el nacimiento del Niño Jesús, el mundo pasa de las tinieblas a la luz.
La Misa del Gallo, Misa de los pastores o Misa de Medianoche, es una de las cuatro misas del calendario litúrgico católico que se llevan a cabo para celebrar la fiesta de la Natividad de Jesús. Tradicionalmente se desarrollan de la siguiente manera:
En la tarde del 24 de diciembre, se hace la llamada "Misa de Vigilia", seguida de la Misa de noche, comúnmente conocida como "Misa de medianoche". El 25 de diciembre se celebran sucesivamente la "misa de la aurora" y la "misa del día de Navidad".
Recordemos que, la Misa del Gallo, Misa de los pastores o Misa de Medianoche es la más popular y tradicional de estas cuatro celebraciones, al ser la que atrae un mayor número de personas, entre las cuales se encuentran incluso no practicantes
Aunque oficialmente se llama "misa de noche", el nombre de "Misa de Medianoche" fue impuesto por la tradición, ya que este día se celebra una misa a medianoche. Sin embargo, en la actualidad se suele celebrar por la tarde, entre las 18 y las 22 horas.
La celebración de una misa nocturna apareció en la Edad Media. De hecho, la primera celebración oficial tuvo lugar en el año 440 y fue oficiada por el Papa Sixto III.
Luego con el paso de los años, se hizo más popular y adoptó el nombre de "Misa de medianoche", ya que la costumbre era de comenzar la celebración después de las doce de la noche. Al respecto, el Padre Amar se refirió diciendo: "Simbólicamente, la celebración del Dios hecho hombre comienza en el primer segundo del día de Navidad, lo cual ilustra la victoria del día sobre la noche y de la vida sobre la muerte”.
La fiesta de la Natividad se enriquece con otras dos celebraciones: la "Misa de la Aurora" y la "Misa del Día", por tal razón, Santo Tomás de Aquino habla de un “triple nacimiento de Cristo” (Suma Teológica III, 82, 2), es decir, un nacimiento divino, un nacimiento espiritual y un nacimiento corporal, que tiene lugar durante las tres misas de la Natividad.
La tradicional misa de medianoche suele ir acompañada de una vigilia de Navidad, destinada a expresar el fervor popular que rodea el nacimiento de Cristo.
Esta vigilia nos permite "recordar la manifestación del Señor hecha de alegría y paz" (Directorio nº 108), y prepararnos para la venida del Niño Jesús.
La Vigilia de Navidad pone fin al período de Adviento, que pretende orientar nuestros corazones hacia la venida de Cristo. Además, la Vigilia de Nochebuena, retoma las tradiciones de Adviento, por lo que suele desarrollarse en torno a un relato o una dramatización de los acontecimientos que rodean la natividad de Cristo.
También es costumbre llevar al niño Jesús en procesión hasta la cuna del pesebre, mientras se cantan algunos villancicos.
Durante la Misa de medianoche, se suele meditar en varios textos:
La Misa de medianoche tiene un simbolismo muy especial: a medianoche amanece un nuevo día, ¡lo cual indica el paso de la oscuridad a la luz!... De hecho, la natividad de Jesús nos recuerda que “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz” (Isaías 9:1-6). En este orden de ideas, en medio de la noche, el nacimiento de Cristo indica el paso de una vida pasada a una vida nueva, es decir, el paso del pecado a la salvación.
Dicho en palabras de Jesús: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida” (Juan 8:12).
De este modo, tengamos presente que la luz que nace en Navidad es la luz de Cristo; es la misma luz que brilla en la noche de Pascua, y encenderá nuestro cirio pascual, símbolo de nuestra entrada a la luz de Cristo, y de nuestra redención de pecados, por medio del bautismo.
“El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz” (Isaías 9:1): la Misa de Medianoche simboliza el paso de las tinieblas a la luz. Para ello, Hozana te invita a acoger a Cristo, la luz de la Navidad en tu vida, a través de diversas propuestas espirituales:
¡Ven y reza durante Navidad con Hozana!