En el transcurso de los ocho días siguientes a la hermosa fiesta de Navidad, la Iglesia renueva a diario la celebración de la encarnación de Cristo. Estos ocho días festivos e intensos nos invitan a meditar sobre el misterio de Dios que se hace hombre, y nos hacen descubrir el misterio de la cruz y la buena nueva de la salvación.
¡Descubre el significado de la octava de Navidad y entra en la comprensión del misterio que se revela durante estos ocho días de celebración!, y mientras que la octava de Navidad finaliza el 1 de enero, contemplemos el año que se avecina a través de la mirada de María, Madre de Dios y Madre nuestra, que se celebra precisamente en este día santo.
La fiesta de Navidad se desarrolla a lo largo de una octava, del latín octavus que significa octavo, es decir, ocho días consecutivos al 25 de diciembre, cada uno de los cuales renueva la fiesta de la natividad del Señor, siendo el día de la «octava» el octavo día que cierra la solemnidad.
Por esta razón, si la liturgia permite que las dos grandes fiestas, Pascua y Navidad, se celebren durante una octava, es porque conserva un poco la tradición de las iglesias orientales, las cuales celebraban las grandes fiestas durante toda una semana.
Durante la octava de Navidad, la Iglesia celebra varias fiestas relacionadas con el misterio de la Natividad de Cristo: la de San Esteban, el primer mártir; la de San Juan, discípulo de Cristo cuyo prólogo “el Verbo se hizo carne” (Jn 1,14) se proclama el día de Navidad; la de la Sagrada Familia; y, por último, la de los Santos Inocentes, que con su sacrificio participan en el misterio de la redención.
Asimismo, la Iglesia católica celebra a la Virgen María, madre de Cristo, el último día de la octava con la fiesta de María, Madre de Dios.
Si el último día de la octava de Navidad celebramos a María, Madre de Dios, es porque es en María donde la octava se clausura y donde el misterio se interioriza. De hecho, meditar la Natividad de Cristo es entrar en el corazón de María, en el abrazo de su maternidad divina, pues ¡es a través de ella que todo comienza!
Cuando celebramos a María, Madre de Dios, rezamos también a nuestra madre, ¡a la que nos encomendamos! porque María es también madre de la Iglesia y madre de todos los hombres, y como madre, está especialmente cerca de nosotros, guiándonos por el camino de la santidad y protegiéndonos como una madre lo hace con sus hijos.
Por eso, el 1 de enero, día de la octava de Navidad, ¡pongamos el nuevo año bajo su mirada!
La octava de Navidad es una ocasión para que todos terminemos el año bajo la mirada de Dios, el niño en el pesebre, y pongamos el nuevo año bajo la mirada de María, ¡madre de Dios y madre nuestra!
Hozana te invita a meditar sobre estos grandes misterios durante los ocho días de la octava, uniéndote a magníficas comunidades de oración. Por ejemplo: